Ley de Segunda Oportunidad | Un juzgado cancela la deuda de más de 342.000 euros de un autónomo

Un vecino de Sabadell, en el paro y con una hija a su cargo, empleó el piso de sus abuelos como aval para montar una empresa de reformas

Juzgados de Sabadell / SUR.ARCHIVO
R. CABELLO

Un despacho de abogados ha logrado cancelar una deuda de un vecino de Sabadell (Barcelona) que ascendía a 342.622 euros, aplicando la Ley de Segunda Oportunidad. C.A. separado, en el paro y con una hija a su cargo, decidió montar un proyecto empresarial que no acabó del todo bien. C.A. empleó el piso de sus abuelos como aval en el año 2003. Junto a su tío y su madre montaron una empresa de reformas y sobre el año 2008 tuvieron que cerrar la empresa debido a la crisis.

Este emprendedor estaba como titular para la hipoteca de los abuelos. «Era muy joven y no sabía lo que firmaba. Le salpico a él, además de sus propias deudas se fue endeudando mucho y muy rápido», explican desde el bufete Repara tu Deuda, encargados del caso. Su cliente final «acumuló deuda con dos bancos, además de deuda pública con Hacienda y al Ayuntamiento». Ahora, puede empezar de nuevo, sin deudas, tras dictar el Juzgado de Primera Instancia nº7 de Sabadell Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI).

La Ley de Segunda Oportunidad entró en vigor en España en 2015 pero hasta ahora no contemplaba la cancelación de la deuda pública, solamente la relativa a acreedores privados. Los abogados responsables del caso explican que con esta sentencia se avanza para que la deuda con administraciones públicas también sea objeto de cancelación, por el momento a través de un plan de pagos a cinco años en el que no se incluyen intereses y que será revisado por un juez de acuerdo con la capacidad de pago de cada deudor.

Así, aunque la deuda pública no quede cancelada igual que la privada, se concede el beneficio de un plan de pagos con el fin de que los deudores obtengan una segunda oportunidad real. «Se trata de otra de las sentencias pioneras en España y que crea jurisprudencia y esperanza a aquellos que tienen deuda privada y pública», concluyen.